En la actividad, que convocó a cerca de 300 personas, la directiva de EPSA explicó el Puerto Exterior es una iniciativa de infraestructura poco usual en el ámbito portuario debido a su envergadura y montos de inversión. “Se trata de un proyecto complejo que tardará varios años en estar operativo”, dijo.

El monto estimado a invertir es de 3.900 millones de dólares, de los cuales 1.400 millones de dólares serán de inversión pública en el molo de abrigo y el resto mediante concesiones a privados.

Y pese a lo extenso del trámite ambiental, hay confianza en la portuaria estatal de alcanzar una resolución favorable a principios de 2026.

La planificación considera avanzar en obras habilitantes entre los años 2026 y 2028, que incluyen la habilitación de canteras y caminos, un acceso ferroviario al puerto, una estación de descarga y la instalación de faenas.

Entre el 2029 y el 2033 se proyecta la construcción del enorme rompeolas de 4 kilómetros de longitud. En esta parte se considera un dragado de saneo y de construcción que producirá 5 millones 490 mil metros cúbicos de material.

En el lapso que irá del 2032 al 2033 se avanzará en los enrocados de cierre al interior de la dársena, y del 2033 al 2035 corresponderá el dragado interior de la dársena, de la zona de reviro de las embarcaciones que accedan a ella y de los canales de navegación, dando como resultado estimado casi 10 millones de metros cúbicos de material. Los terminales portuarios serán construidos por fases, desde el 2033 al 2046.

“Cerca del año 2050 debiéramos tener el puerto totalmente construido y no debiéramos tener problemas con ese puerto y con el comercio exterior chileno hasta el año 2149 más o menos”, enfatizó Sally Bendersky.